lunes, 1 de agosto de 2011

Ya no me gusta la lluvia

Sé que dije que la relacionaba contigo, sé que dije que la lluvia era mi más fiel compañera, pero ya no me gusta, me obligó a ir al siquiatra y a tomar medicamentos, me llenó de angustia y ahora no me provoca otro sentimiento que no sea el miedo.

Ya no me gusta que llueva, ya no disfruto ver caer las gotas por mi ventana y el presagio de tormenta me desespera, le temo.

Antes cuando llovía me llegaba rápido la inspiración y me sentía tentada a escribir, y llenaba páginas con tu recuerdo y con otras memorias, pero todas eran tristes.

Y es que los momentos más tristes de mi vida, más angustiosos, aquellos en que he sentido que no puedo respirar por el dolor contenido han estado relacionados con la lluvia.

El día que me enamoré de ti, llovía, también estaba lloviendo aquel abril cuando por fin me despedí de ti, y la otra vez cuando no entendí ni la mitad de lo que decías, también estaba lloviendo y lo único que yo era capaz de oir era la tormenta que caía furiosa, despiadada, frente a mi.....

El día que murió mi abuela también cayó una tormenta y cada año que la recordamos siempre viene la lluvia a removernos los recuerdos.

Cuando Jocelyn murió y dejó solos a sus dos pequeños hijos, cayó una tormenta tan espantosa que a todos nos daba miedo estar en el cementerio en medio de su sepelio.

Y cuando murió Linda también llovió y tanto que hubo gente que ni siquiera pudo salir de sus autos para darle el último adiós en el cementerio.

Siempre, siempre que llueve me siento triste, es eso lo que me provoca, además del miedo.

Ya no me gusta que llueva porque el tráfico se pone como loco y yo también, no me gusta que llueva porque este país es un desastre y hay inundaciones por todos lados y muere mucha gente arrastrada por la corriente, hoy leí que en Sonsonate murieron dos niñas....

Es agosto y septiembre cuando más llueve y a cántaros y por días enteros, hoy por ejemplo ya llevamos cuatro días de un temporal que parece eterno....llueve desde el viernes y aunque en el cielo comienzan a asomar algunos pedacitos de celeste, sigue gris, cargado de lluvia y no me gusta....

No me gusta el invierno porque las cosas más tristes que he escrito están ligadas con él, porque las veces que más he llorado también ha llovido, mi jefa por ejemplo murió en enero y cayó una leve llovizna, apenas perceptible, pero que me hizo recordar, o diría reforzar ese dolor que sentía.....

No me gusta el invierno porque el sol no brilla o lo hace muy poco, no me gusta porque no hay cielos azules ni noches estrelladas, porque no se puede ir a acampar y el mar se llena de suciedad y de olas enormes y violentas...

Ya no me gusta ni siquiera mi seudónimo, ese que uso para escribir tonterçías que solo yo me atrevo a llamar poemas....ese mismo que lleva de nombre este blog.

No me gusta porque sabe a tristeza, y yo no quiero sentirme triste, no quiero sentirme desgraciada, no quiero que nada me haga llorar, no quiero que nada me haga mirar hacia atrás y recordar las tantas cosas que me han hecho llorar...

Ya no...he pensado cerrar este blog y abrir uno nuevo, que tenga un nombre positivo, un nombre bonito que sepa por supuesto a verano, que sepa a alegría, a esperanza, a cosas que me hagan bien...no a lágrimas... un día de estos voy y lo cierro , ojalá pudiera quemarlo, como se queman los puentes que uno ya no quiere volver a cruzar, pero como no puedo, voy por lo menos a cerrarlo, un día de estos lo hago y así acabo con tanta locura, con tanta tristeza y con tanta humedad....ya no me gusta la lluvia....ya no!

lunes, 7 de febrero de 2011

!!!

Tengo la angustia pintada en la cara, y el estómago revuelto. Me duele la panza y también el corazón. Desde ayer por la noche que lo supe, he quedado con una tristeza pintada en el rostro y no me llega la paz. Esta es una nueva angustia que se suma a mi ya recurrente insomnio, anoche otravez no dormí y hoy me siento hecha pedacitos...pedacitos pequeños y ....tengo mucho miedo.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Miedo!

miedo. (del lat. metus)

1.m Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.

2. m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.

Miedo, según mi propia definición, lo que me aprisiona y me hace la persona más estúpida del mundo, lo que me detiene, me frena, me cierra el entendimiento. Lo voy a vencer, yo lo sé.

lunes, 27 de septiembre de 2010

La lluvia

Nunca creí que le temería a la lluvia, esa misma que tantas veces me ha inspirado poesías y bueno...también una que otra tontería...nunca pensé que le tendría miedo y es que la lluvia ha sido eternamente mía, siempre, siempre la he relacionado con sucesos que me pasan..no todos felices, pero sí de esos que marcan, marcan profundamente...Y aunque la siento mía, aunque la uso como nombre, como un seudónimo con el que firmo esas elucubraciones que escribo, la lluvia es ahora, algo que temo...Quizá sea porque ha llovido demasiado, ya van cuatro días y el sol no asoma, y huele a desgracia, huele a inundaciones, a gente arrastrada por correntadas...se siente miedo, porque el sol no aparece y en cambio, se vienen esas lluvias, intermitentes y eternas, casi casi como las de mis poemas, pero yo ya no quiero que siga lloviendo, quizá...porque como dije antes, la relaciono más con sucesos tristes que felices...ha llovido tanto que las calles están rotas, ha llovido tanto que los albergues de la ciudad empiezan a llenarse y hay páginas y más páginas en el periódico con noticias sobre la tormenta que ahora sólo me queda tener miedo. Yo antes quería a la lluvia cerca, siempre, siempre pensaba en ella cuando algo me hacía llorar, y de repente llovía....Y es que cuando han ocurrido los hechos más tristes de mi vida, ha estado lloviendo o al menos, ha existido presagio de tormenta...ahora, no sé si es por que ha llovido más de la cuenta, porque sé que mañana aparecerán más muertos a causa de ésta, no sé si es porque la relaciono con accidentes y carreteras mojadas, o porque sé que se van a romper más calles , no lo sé pero ya no quiero más lluvia, quiero que llegue ya el verano, con sus cielos azules intenso y sus nubes blanquitas que tanto me hacían soñar de niña, quiero días brillantes y hermosos y noches estrelladas, ya no quiero más este cielo tan oscuro y gris y esta humedad que tanto me deprime...ya no...le temo a la lluvia y ya no la quiero más nunca cerca , aunque haya robado su nombre para titular este blog!!! No! ya no. Quiero un cielo azulito, un sol brillante y un día radiante que me devuelva la alegría que esta humedad me roba desde hace cuatro días, desde hace una vida!!!!

jueves, 29 de julio de 2010

Confiar o no confiar, he ahí el dilema!

Cuando yo era niña tenía un terrible defecto...era bastante ingenua, mi hermana se aprovechaba de mi ingenuidad - no por mala- sino porque siendo también niña podía sacar ventaja de que yo creyera en casi todo, por eso me engañaba a menudo y me usaba para beneficio propio, no le guardo rencor, para nada, ella simplemente era más lista que yo y más práctica. Creo que cumplí ocho años y seguí creyendo que el ratoncito Pérez, sí ese de los dientes, existía. Crecí así siendo demasiado crédula para mi edad, tenía sueños totalmente irreales, creía en las más absurdas tonterías y casi, casi en todo lo que me decían, pero más que todo creía en la gente, creía en las promesas, en la palabra empeñada, en la verdad dicha a medias o en las mentiras blancas...y bueno me hice vieja, ahora estoy vieja y sigo creyendo...en tonterías sí, pero también en la gente, mi confianza no tiene límites y sin darme cuenta, termino contando mis cosas más íntimas a gente que no lo vale...esto que escribo, a estas alturas, parece hecho por una adolescente, pero no lo es...ni lo soy, aunque tengo un corazón y una mente, demasiado infantil para mi gusto...como sea...inmadura creo que es el término correcto...la verdad es que me va mal en la vida, pero lo olvido pronto...siempre, o casi siempre me equivoco con la gente, confío demasiado y luego...ya no hay más que hacer...Una vez alguien me decía que a mi cuesta ganarme, cuesta que yo confíe, que me deje querer y sí, es cierto, cuesta...pero una vez lo logran yo me entrego toda, digo todo, muestro todo...mis debilidades y mis miedos, mis más grandes errores y mis puntos débiles...y luego cuando la gente se muestra como es, me arrepiento...yo sé de cierto que es erróneo ser tan crédula, tan ingenua, pero también sé que si dejo de creer me llegará la amargura...me sentiré profundamente sola, enojada con todos, peleada con la vida y yo no quiero eso...No lo quiero....sé que no debería creer en la gente , ahora mismo estoy arrepentida de haber creído y confiado en dos personas que siguen en mi vida, pero ajenas a ella...ya no les quiero tanto y les creo menos...y esa lección me trajo hoy aquí...sé que no debo confiar demasiado pero también sé que no puedo endurecer mi corazón porque me amargaría...sólo espero encontrar el equilibrio!

jueves, 1 de julio de 2010

Miedo a la calle

El domingo 22 de junio, sucedió un hecho que estremeció a todo el país y que nos llenó de miedo, más miedo del que sentimos a diario desde hace más de 20 años, desde siempre. Sí este es el país del miedo, aquí sobrevivir es una conquista. Ese domingo a eso de las 7:30 de la noche, unos pandilleros quemaron un microbús con todos sus pasajeros a bordo, 16 murieron y 12 quedaron con vidas pero con quemaduras que cubren del 60 a 80% de sus cuerpos. Todos, lo que leímos la noticia y la vimos por la televisión quedamos estupecfactos, sorprendidos y sobre todo asustados. El miedo, ese que siempre hemos sentido, de salir a la calle, de estar afuera en horas nocturnas o de caminar a solas, de día o de noche, se hizo más grande, más profundo. Es un miedo que no se puede explicar, pero que se percibe en la calle, en medio de una acera, incluso si estás a la entrada de tu vivienda. Nosotros los que tenemos vehículo también tenemos miedo, cada semáforo es un momento para estar alerta, para mirar alrededor y rogar a Dios que esos huelepega que nos limpian los parabrisas a la fuerza, no terminen por lastimarnos. Tenemos miedo también de los motociclistas, esos que nos miran con recelo y observan a través de la ventana hurgando con sus ojos nuestras pertenencias. Nos da miedo que nos pongan una pistola y nos roben cualquier cosa. Pero quienes viajan en bus tienen más que miedo, una especie de terror, no todos, pero algunos cuando se suben a un microbús o a un bús, se sientan en la orilla del asiento, miran a su alrededor, aprietan su cartera o su mochila y cualquiera- cualquier joven - es sospechoso, yo diría que casi cualquier hombre y algunas mujeres- Lo sé porque lo he vivido, el martes siguiente al horrible atentado del microbús me subí en una coaster y fueron los 30 minutos más terribles de mi vida, oré todo el camino y se subió toda suerte de extraños, un borracho que dijo tener a su hijo enfermo de leucemia, un vendedor de llaveros que parecía de pies a cabeza un maleante y una mujer, borracha también y drogada con un hermosísimo bebé que parecía gringo, pidiendo todos dinero, casi toda la gente les dio, más por temor que por compasión. Yo veía los rostros de mis compañeros de viaje y todos, todos ! mostraban una especie de alerta en su mirada. Yo tenía miedo y ellos también.
Este país se está convirtiendo en un sitio "invivible", en un lugar del que uno sólo quiere irse.
Esta mañana tenía planeado ir al banco, decidí que iría a Galerías, un centro comercial ubicado en una zona bastante segura de la ciudad, pero desperté con la noticia de que ahí dentro se habían colado dos ladrones que pasaron la noche ahí y mataron al vigilante. Sí lo mataron, y es el centro comercial más seguro, bueno así lo creía yo. Cuando los capturaron pudimos ver a través de la televisión que mostraban las camisetas del uniforme del lugar, esas que usa cualquier empleado, las que usan los mismos empleados que cuando yo he visitado el mall, y entrado al baño, también han estado ahí dizque limpiando , todos aquí pensamos que ya ni siquiera se podrá ir al mall, también nos dará miedo. Pero yo fuí, tenía que ir a pagar unas cosas, pero todos, o casi todos los que vi me parecieron sospechosos y me asaltó de nuevo ese pensamiento, este país es invivible, el miedo a salir, el miedo a la calle nos está quitando la paz.
Yo fui a Galerías y más de un centenar de personas también, habían olvidado lo que pasó? No! pero aquí no hay otra manera de vivir, pasar la página es un acto cotidiano, aun sabiendo que hay entre 14 y 16 asesinatos al día, que aquí descuartizan y matan a diario, no puede uno quedarse detenido, decidido a no vivir, No, no se puede....pero a muchos, como a mí y a varios miembros de mi familia nos están entrando unas enormes ganas de salir corriendo, de abandonar este país al que tanto tememos!!!

jueves, 3 de junio de 2010

Mi padre, parte I

Ayer, mientras conducía a casa, a eso de las cinco y treinta de la tarde, miré por la ventana, como suelo hacer a menudo, sin buscar nada, y buscando todo. Y entonces vi a un anciano que llevaba de la mano a una criatura que no debía de tener más de cinco años, la tomaba con fuerza de la mano y caminaban en medio de la acera, ella, mochila al hombro, iba dándo brinquitos y mirando con atención a quien sin duda debía ser su abuelo, el le explicaba quién sabe qué y sonreía, quizá, pensé, ella le pregunta tonterías y él, la aconseja con la más absoluta sabiduría y entonces...de repente me asaltó de nuevo la misma sensación , esa que me llega de repente, sin planearlo, y pensé que yo nunca había tenido un hombre que me llevara de la mano, ni un hermano, ni un padre ni mucho menos un abuelo...esa figura había estado ausente y está ausente siempre....no existe, nunca ha existido...no la tengo, ni nunca la tuve...dicen que si nunca se ha tenido algo no se le puede extrañar , yo no lo sé de cierto...en realidad yo tuve un papá, lo tuve hasta los 12 o 13 años, y luego ocasionalmente lo vi hasta cumplir los 15, después ya no. Y no sé que clase de padre fue, más bien sí lo sé, podría escribir páginas y páginas al respecto, decir qué clase de padre no fue...porque no fue un padre, era una figura de miedo en mi vida....Hay algo que yo recuerdo con claridad cuando era niña, y es que le temía...su presencia me hacía temblar, y su ausencia me llenaba de alivio y de alegría...es extraño, pero cuando él dejó de habitar en mi vida, dejó de presentarse en mis días, como esa figura que tanto temía y que creo que tampoco quería, yo comencé a sentir un poco de paz, y estoy segura que a mis hermanas, incluso a mi madre, debe haberle sucedido lo mismo. Yo no sé por qué estoy recordándole ahora...no sé por qué áquel anciando y su nieta, caminando a mitad de una calle me hicieron pensar en la ausencia de una figura paterna en mi vida...el otro día, mientras esperaba en un establecimiento a que me arreglaran los lentes, vi a una niñita de unos siete año subirse a las piernas de quien sin duda era su padre, él la besaba y la abraza y yo llegué a sentir repulsión y a pensar qué él era una suerte de maníaco sexual, mi madre, que estaba conmigo adviritó que yo les miraba y me observó curiosa..."mi papá nunca me abrazó así ni me dio nunca un beso" le dije y ella asintió, quizá por eso, añadí me parece tan extraño ese amor entre padre e hija...pero sé que existe, lo vi en esa niña y su padre de apariencia tan tosca, lo vi ayer en ese abuelo de cabello blanco hablándole a su nieta....no sé, es extraño que esté escribiendo esto y pensando en esto, recordándole a él, gastando mi memoria en alguien que no vale la pena, quizá no sea él, quizá sea su ausencia eterna, la ausencia de un padre real, amoroso, protector..quizá sea que se avecina esa estúpida celebración de un día dedicado a ellos, no lo sé de cierto...pero ...que falta puede hacer un papá, cuando se tiene una madre como la mía............bueno, hace falta un poquito....no el que tuve, pero sí uno bueno, uno real, uno verdadero, que me tomara de la mano una tarde cualquiera o me diera besitos, mientras yo decía tonterías...como las que aquí he escrito!!!