viernes, 31 de agosto de 2007

miedo!

Hoy no es la primera vez que paso un día entero en el hospital, cuidando a mi abuela, lo he hecho ya tantas veces que parece que fuese una rutina.
Ya el olor a medicamento, orines y humedad que cada día se cuela más por mi nariz y que ya hasta percibo en mi piel es algo a lo que estoy acostumbrada...El sitio me resulta por demás familiar, desde las gradas, los ascensores o los pasillos...y los vigilantes, las enfermeras y los médicos. son personajes tan conocidos que hasta los saludo casi como amigos...
Sin embargo hoy, fue un día distinto, no sé decir con certeza por que, pero experimenté algo diferente...
Quizá me supo diferente porque la vida de mi abuelita, pende de un hilo, o por lo menos yo, por primera vez lo experimenté así...no sé---pero hoy cuando entraba a su cuarto tenía miedo, miedo de tocarle la mano, de moverla, de besarla...incluso de hablarle...a cada momento, cuando estaba cerca suya miraba su pecho para ver si respiraba, luego entendí, que sí pues lo hacia la máquina, entonces me provocó tocar su pecho para sentir su corazón...por momentos dudé que estuviera viva, a cada rato las palabras del médico que de que no era ella la que respiraba sino la máquina me hacian sentir tanto miedo...
Hoy estuve muy triste y agotada, ni siquiera tuve fuerzas para platicar con Anita, se me salieron las lágrimas pero tampoco tuve mucha energía para llorar, No se. Hoy fue un dia de esos en los que simplemente tuve mucho miedo....

NOTA- Hoy a la una y veinte de la mañana murió la señora que tenía cáncer y cuyas hijas se habian hecho mis amigas, aquellas que lloraban mucho y tenian como yo, tanto miedo. Dicen que se fue despacio, que no sufrió.

jueves, 30 de agosto de 2007

Paro cardiorespiratorio

Hoy a las once y treinta minutos o quizá un poco menos, mi abuela sufrió un paro cardio respiratorio, Dios fue tan duro, porque pude ver cuando la entubaban, y la vi tan escasa de cabello, se le ha caído tanto que duele...además la vi delgada, indefensa, pero lo que más me dolió fue hoy por la noche cuando vi la llaga que tiene en la espalda, era enorme, y profunda y sangraba tanto que Dios, me dolió tanto vérsela...es increible!!!

Fue un día tan triste, porque mi mamá se puso terriblemente mal, no podía, simplemente no podía expresar su dolor....estaba paralizada, pensé que tenía un ataque cardíaco y la idea de verla morir me estaba destruyendo el alma, luego le llegó la tranquilidad, pero estoy tan preocupada...mis hermanas llegaron después, cuando las llamé, y luego el resto de la familia, pero fue tan duro...tan pero tan duro, es increible como pueden suceder estas cosas y uno está tan atado...a lo que Dios dispone....sólo él....

Mis tíos firmaron para que no le realicen maniobras por si le da un ataque cardíaco, y se quedó ahi, sujetada a un tubo, a un respirador, que la hace mover su cuerpecito mientras respira....se ve tan mal...ahora por primera vez, si tengo hartísimo miedo que se vaya, sé que es lo mejor, pero por primera vez veo que sí, que ya se está marchando....me duele tanto...y me duele también mi mamá...me duele tanto su dolor...

Ay Dios, es increible, en el momento en el que todos llorábamos y estábamos colmados de angustia, estaba lloviendo....llovía suavemente, de esas lluvias que uno ve por la ventana y se siente de repente triste...otravez, como siempre la lluvia me trajo de nuevo un mal presagio....de nuevo me trajo dolor y lágrimas...siempre esta lluvia tan eterna...siempre!!!

martes, 28 de agosto de 2007

duele

Duele darse cuenta que después de todo, no somos más que nada, que el poder del cáncer es invencible....hoy se llevaron a la señora que estaba sufriendo de cáncer hacia el hospital MQ, aquella cuyas hijas lloraron contándonos como sufría su mamá, la hija se me acercó llorando para contarme y en un impulso la abracé fuerte fuerte y le di un beso...me sentí tan triste cuando las vi a todas irse, porque a la mamá le habían encontrado agua en el corazón o algo así, lloraba tanto que no pudo explicarme bien....de todas maneras no hacia falta....

Además hoy me enteré que alguien muy cercano que está sufriendo de cáncer, está también perdiendo la batalla.... su otro riñón...también está afectado y ella que estaba tan animada, ahora ante esta derrota ha perdido hasta la fe en Dios....

Hoy volví a llorar, sólo un poquito...me senti perdida, este día fue muy muy triste...como me hubiera gustado un abrazo tuyo :(

sábado, 25 de agosto de 2007

Lo logró

Mi abuela logró muchas cosas el día de hoy, no sólo sobrevivir al cumpleaños de mi tía Lila sino además hablarle, dicen que le cantó el feliz cumpleaños, no sé si sea asi, pero sí le dijo Te amo, no sé cuántas veces pero se lo dijo y para ella fue el mejor regalo de toda su vida...ella, mi abuela es definitivamente una campeona de la vida!!!!

También le dijo te amo a cuatro de sus cinco hijos, a Moris, Mario, Mima y Esther...para ellos fue tan hermoso escuchárselo decir...para mi abuela, fue una verdadera lucha hacerlo...hoy me demostró que la fuerza del amor lo puede todo...o casi todo!!!!

viernes, 24 de agosto de 2007

agua en los pulmones

El pronóstico sigue siendo reservado, ya que tenga cáncer en la médula ósea y agua en los pulmones, es algo tan duro. El doctor me dijo hoy que está sobrecargada, la carga de agua es muchisima y el riesgo de esto es tan alto, que yo siento que ya falta tan poco para que se vaya...sólo le pido a Dios que no sea mañana para que Lila no sufra tanto, es su cumpleaños y seguro ella misma le está pidiendo a Dios eso. Intenté leer un poco en internet sobre eso del agua en los pulmones y vi que el pronóstico es malisimo, no tengo fuerzas para leer eso...simplemente no tengo. Fue tan duro porque habló y se colocó sus manitas en el pecho para decirnos "no aguanto!...me dolio tanto!!!!

Hoy murió la señora viejita de la habitación de al lado de mi abuela, aquella que conté que llegaba la hija a cantarle y que el otro día me hizo llorar. Esa señora estaba debastada, fue duro porque dijo que daba gracias a Dios, y sí es mejor así, porque dejó de sufrir, pero en el fondo se notaba que estaba sufriendo muchisimo...conocimos además a tres hermanas que tienen a la mamá ingresada por cáncer y que está muy grave, cuando conversabamos con ellas, vimos pasar la plancha metálica donde llevaban a la señora que había fallecido, envuelta en sábanas de esas curtidas del hospital, Dios fue tan duro, alcanzamos a ver el bultito, que se llevaban, Pedrito el enfermero la preparó y estaba ahi, se le veía tan conmovido...cuando pasaron con la plancha metálica las señoras que conversaban con nosotros estallaron en llanto, una de ellas pensó en su mamá, yo pensé en mi abuelita...ay Dios sé que esto va a suceder, pero es durisimo, sé que ella debe tomarse su tiempo, pero sufre....está tan angustiada y eso me mata!!!!

jueves, 23 de agosto de 2007

odio la angustia

Hoy pasé la mañana entera con mi abuela, y pasó completamente angustiada, el día entero se dibujó en su mirada una angustia tan profunda que me partía el corazón..no sé que sentía, pero levantaba las manos como pidiendo algo, ojalá hubiera podido adivinar que sentía...me vine con esa sensación de que está sufriendo, no pude descifrar nada..me siento tan impotente...odio la angustia de sus ojos, odio esa respiración agitada, no sé qué hacer, y también odio eso!!!!

Además me confirmaron que murió Abelina, la que estaba en la cama 33, la señora que le dijo maldita a una enfermera, aquella que llamaba a la mamá...Dios, que duro es todo esto!!!

miércoles, 22 de agosto de 2007

Sólo tómate tu tiempo

Esto de morir debe ser una cosa muy seria, muy dura...no sé bien que pasará por tu cabecita, que cada día pierde más cabello, tampoco sé que siente tu corazoncito que cada día late más de prisa, como desesperado....sé bien que seguro sientes mucho miedo, tus ojos por momento me lo dicen...y yo siento miedo contigo, sé que colocar mi mano sobre tu frente apenas te da un poquito de alivio...pero cuando te quedas sola, cuando nos despedimos, me quedan grabados tus ojitos angustiados, y esa manera que tienes de decirnos tanto tan sólo con tu mirada...sé que debes estar sufriendo mucho, a veces...cuando frunces el seño...y tienes una pregunta instalada en tu cara, yo me acerco a tu boca, lo más que puedo, para escucharte, para tratar de oir lo que dices, pero no dices nada, no puedes y eso me parte el alma...sé que vas a morir, lo presiento, lo sé de cierto, no sé cuando, y como ya he dicho tantas veces, ya no creo en los milagros, sé que la muerte está ya instalada en tu cuarto, esperando...pero sé también que no estas lista, no sé que esperas, pero no me importa, tómate tu tiempo, vete cuando puedas, cuando quieras, tómate todo el tiempo que necesites, duérmete y despierta las veces que quieras, llénate de altibajos, llénanos de esperanza, ya no importa si en esas, se nos va partiendo el alma en pedacitos...lo único importante aquí es que tu alma no se parta, que no sufras, porque al fin y al cabo la que se va eres tu, la que deja todo esto, eres tu...seguro que morir, irte no debe ser algo sencillo, al contrario, se nota que te cuesta, que no quieres, pero llegará un momento que te irás, sin más...ojalá lo hagas dulcemente, ojalá te vayas en tus sueños...ya te dije que te quiero tantas veces que seguro estás harta, y todos, todos te lo dicen a diario, y sé que te deleita, sé que te gusta escucharlo...sigue oyéndolo hasta que te canses, sigue esperándonos y recibiendo todo ese amor que a diario te colma...tómate el tiempo que requieras, no importa si los ojos se nos ponen colorados de tanto llorar, si la garganta nos sabe amarga por tanto contenernos, si las rodillas se nos doblan agotados, si bajamos de peso por falta de apetito y nos dan mareos por falta de sueño...no importa si seguimos esperando, tu tómate el tiempo que requieras, pero eso sí. no sufras, no sufras nunca para irte, vete despacio, pero sin miedo, sin temor, y sin recelo, vete despacito, lentamente, no te preocupes...tómate tu tiempo....

martes, 21 de agosto de 2007

No tengo certezas

Hoy como desde hace varios días no tengo ninguna
certeza, lo único cierto es que me toca esperar, nos
toca esperar a todos, sólo eso. Esperar con miedo,
porque seguro lo que viene no es nada bueno. Hay una
realidad que está golpéandonos la cara y que no
podemos borrar ni siquiera orando como locos. Existe
un mounstruo que avanza y que acaba con todo lo que
encuentra a su paso y como yo ya dejé de creer en los
milagros sé bien que ese mounstruo no se va, no lo
mueven nadie.
Sé también que la muerte se ha quedado sentada
esperando, no sé que espera, no sé por que se tarda,
pero desde hace varios días no se va. La imagino con
su rostro maligno y su sonrisa sarcástica, esperando,
gozándose en nuestra angustia. Ya me acostumbré a su
olor, a su presencia. A veces cuando camino, la siento
que me sigue, que se levanta de su silla y camina tras
mío, tan cerca que puedo oir cuando respira. A veces,
en cambio llega de nuevo a mi cuarto, en plena
madrugada y me observa, y mueve sus manos con maldad,
como planeando un momento que vendrá y que sólo ella
¿o Dios? Puede decidir cuándo….no tengo certezas, no
sé que pasará mañana, ni siquiera qué pasará el minuto
siguiente cuando acabe esta línea y sí, tengo miedo…es
tanto el miedo que tengo que puedo escuchar cuando mi
corazón lo expresa….

lunes, 20 de agosto de 2007

Despertó..

Ayer por la noche mi abuela despertó, levemente, apenas abría los ojos y estaba respirando con dificultad, todos nos reunimos y pensamos que se iba, Mario, Guayo y Moris estaban profundamente tristes, especialmente Mario y Guayo, que lloraron, mi mamá estaba devastada, igual que mis hermanas, yo casi no lloré por aquello de las murallas que tengo que levantar y aquello de mantenerme fuerte, pero llegué a casa con una tristeza que no me dejó dormir toda la noche, tenía la certeza que mi abuela se nos iba pero no fue así....hoy la ví, mañana y tarde, por la tarde un milagro había ocurrido, abrió los ojos, sonreía con la mirada y cuando le pregunté- cierre los ojos si soy su nieta querida, los cerró y sonrió - para mí fue el cielo, estaba despierta, un poco asustada y lucida, yo me emocioné tanto y pensé si tan solo fuera para mejorar pero sé que noes así, he dejado de creer en los milagros...esto último es durísimo, porque no puedo tener suficiente fe para creer que el que ella despierte es una buena noticia, le dije que la amaba, y ahora sólo me queda esperar en Dios y vivir cada día que ella o que Dios mismo nos regale....me siento mal porque es duro....porque sé que ella siente un no se que, no sé como explicar todo esto, pero me da tristeza ver sus ojitos tan vivos, oh Dios no sé que va a pasar...sólo me queda amarla mucho -a todos nos queda eso, amarla cada día que ella vive sin preguntarnos que va a pasar mañana, la única certeza que existe es precisamente eso, el desconocimiento de lo que va a pasar mañana!!!!

sábado, 18 de agosto de 2007

La recompensa del sueño

Hoy se cumplen cuatro días de que mi abuela ha entrado en un sueño profundo, y tres de que se comenzó el tratamiento para controlarle todos los niveles , se supone que hoy debía reaccionar y debíamos ver que se despertara o mostrara signos de mejoría, pero nada ha cambiado, sigue profundamente dormida, la mueven, la agitan, le dan de comer, y nada, ella sigue profundamente dormida, a veces cuando le hablamos abre los ojos y pareciera que nos está escuchando pero no sé si sea sólo un reflejo o si nos reconoce, me gusta pensar que sí nos reconoce y que sí está conciente de que estamos con ella, todos los días le digo la fecha en la que estamos y la gente que está con ella...pero...no sé, no despierta...todos pedíamos que despertara pero creo que Dios le habló a mi madre en sueños porque ella se despertó con un extraño pensamiento que a todos nos ha producido una especie de alivio, el hecho de que si mi abuela duerme no sufre dolor, al menos no aparente, parece tranquila, en paz entonces no está sufriendo y eso es mejor. Claro que quisiéramos verla despierta pero si eso significa que va a sufrir, mejor que siga dormida, eso me gusta más...mamá nos lo dijo a todos y nos hemos sentido mejor, claro que da tristeza que no despierte y si lo hace será para todos alegría pero ¿para ella que significarà? si es dolor, no quiero que despierte....si que esté en paz es la recompensa a su profundo sueño, entonces que siga durmiendo...
Las enfermeras siguen cuidándola por la noche, y todos vamos durante el día...yo sigo agotada, ya ni hambre me dá, incluso me da muchas nauseas y mareos, y yo se bien que esa es señal de cansancio, además como no duermo bien me da dolor de cabeza, pero creo que mañana domingo me levantaré un poco tarde, como quisiera estar con ella siempre!!!! pero se que tengo que cuidarme y que habrá gente cuidándola, asi que la veré hasta el mediodía...ojalá siga así, sin sufrir....

Hoy hubo Código Uno^en el lado poniente del séptimo piso, es la segunda vez que pasa eso mientras yo estoy ahí. era un hombre de 95 años que tenía neumonía venía de máxima urgencia acababa de subir al piso, igual que la vez anterior el paciente murió...todos sentimos mucha tristeza....

ANOTACIÓN: no creè esté blog para hablar siempre de mi abuela y de todo el dolor que produce verla así...sin embargo esta katarsis que hago acá cada vez que escribo me permite sentir un poco menos pesado todo esto...no sé...un día de estos quizá escriba algo de poesía u otra cosa, por ahora ella puebla mi cabeza y necesito desahogarme, además creo que nadie lee esto y eso es otro alivio :)

miércoles, 15 de agosto de 2007

agotada!!!

Estoy cansada de jugar con la esperanza, agotada. Ya no tengo ánimo para creer de nuevo en los milagros. Ya no tengo fe y sí, quizá sea pecado, porque creo en Dios y sé que es todopoderoso, pero por más que intento no logro sacarme este profundo pesimismo...esta tristeza!!!!

Tan sólo fortaleza

Anoche mi abuela entró por fin al Hospital General, regresamos al séptimo piso y por desgracia todo nos pareció familiar y conocido, de los pacientes con los que ella compartió 17 días ya sólo queda Anita, que aunque está ciega supo reconocernos, estaba con su ventilador bien puesto y sonrió, su rostro se puso tan triste cuando le conté que mi abuelita estaba mal. Hoy sentí que el corazón se me hizo nudo cuando entré a la habitación donde ella se encontraba y la hallé toda húmeda con los bracitos trabados y muchisimo frío, la tape todo lo que pude y le pregunté ¿qué le pasa? nada, nada dijo dos veces con gran dificultad, y alcanzó a decir también que tenía mucho frío, estaba en una habitación frente a la estación de enfermeras, de esas individuales, es la cama 39, y dice cuidados moderados, pero se sabe que los pacientes que están en estos cuartos individuales están francamente graves. Fue durisimo verla así, hoy volví a llorar, me sentí a gusto haciéndolo, se me salió el llanto cuando oí a la señora de al lado hablándole a su pacientita, su mamá, como si fuese una niña y cantándole una alabanza, ahi ya no pude contener el llanto, lloré tranquila porque no había nadie, pero sin hacer ruido, sobándole la frente a mi abuelita, hasta que sonó el teléfono...era mi hermana, tenía que bajar con las tarjetas y bajé llorando, mi mamá de inmediato se puso a llorar y me sentí mal, porque sé que debo contenerme, cuando la vi llorando me calmé, pero luego ella me contó que lloró todo el rato que estuvo haciendo fila. Le traian comida, pero es imposible que coma. Tiene la boca llagada, está totalmente deshidratada y un médico que sólo alcanzó a recordar se apellida Durán no nos dio muy buen pronóstico, Sandry mi hermana ha llorando tanto hoy que tenia los ojitos colorados, yo...no sé que pensar ya, porque siento que hoy si, mi abuelita se está yendo, no creo que dure mucho, dice ese médico que todo depende de ella, sé que ella es fuerte, pero Dios!!! está agotada...Hoy le cambiaron el catéter que tenía al lado derecho para el izquierdo porque está contaminado, Sandry firmó y fue un riesgo altísimo someterla al cambio, pero había que hacerlo...el nuevo le llega hasta el cuello, no puede ni siquiera bajar la cabeza, pienso que esa posición la va a cansar más..por momentos frunce la cara, especialmente cuando le chequeamos la boca, creo que siente dolor..no se...me duele tanto verla así...hoy recuerdo que mi mamá me dijo que ella se iba a ir apagando poco a poco, creo que así es, se está apagando ya...hasta puedo sentir que desprende un olor distinto, ya no mira a quien le habla, ni responde...me da tanto coraje verla asi... sólo le pido a Dios que no sufra....es tan duro...acabo de escuchar que está comenzado a responder...me emociona, pero me duele estar jugando con esta esperanza....que a veces nos llena de alegría y a veces nos sume en profunda tristeza!!!!!

martes, 14 de agosto de 2007

Fe de errata

Tengo que corregir lo que escribi en la entrada de hace unos días, el oncológico sí es distinto a los otros hospitales, pero para peor. Me equivoqué cuando dije que habia sentido humano, aquella noche que ella ingresó nos topamos con enfemeras buenas, la sra de Campos sigue siéndolo, pero a medida han pasado los días nos damos cuenta que aqui también hay carencias materiales- sábanas, jabón, medicinas, mesas, etc- pero sobre todo se carece de corazón. ni los médicos ni las enfermeras- debo aclarar que no todas- tienen una pizca de humanidad para atender, se limitan a lo básico y ni siquiera a eso.
Aqui he conocido a la niña Gloria que pedia a gritos un pato para hacer pipí sin que nadie le hiciera caso, o a Brigida que hoy se ahogaba en vomito y la enfermera en frente parecia ajena a lo que sucedía. Pase una noche completa ahi y fue suficiente, mi visión dio vuelta, es el hospital más horrible que he conocido y el personal- aunque no todo- ha perdido el corazón!!!!

Hoy es un día triste, mi abuela no logró salir del hospital de Oncología, se suponía que se iba hoy, pero no sucedió, la mediodía cuando ibamos a irnos ella comenzó a sufrir algo extraño como si fuese una convulsión se le trabaron las manitas y estaba tan fría y tan inconsciente que senti que se moria, fue durisimo, duro también porque le habiamos prometido que regresaria a casa, y en la mañana estaba ya casi lista y sonreía, al mediodía cuando sufrió esa crisis mis dos tios corrieron en busca de ayuda y nadie, ni las enfermeras ahi presentes ni los médicos, ni siquiera la médico que la vea a ella, fueron capaces de prestarnos atención y Oh Dios fue tan duro, porque nos dimos cuenta que ahi, como en el otro hospital, no hay una pizca de humanidad, nadie nos prestó atención yo misma y a escondidas le tomé la azúcar y la tenia en 439, pero seguia mal quiza estaría entrando en coma y nadie, nadie nos dijo nada ni nos prestó atención.
Por la tarde mi abuela seguia como inconsciente y se decidió que regrese al Hospital General a la cama 64, en el septimo piso, no me gusta, porque le habiamos prometido que se iba a casa y eso no va a suceder, no sucedió y ni siquiera estamos ahi con ella para apoyarla y decirle que la amamos, está sola. con una enfermera que se contrató que francamente no me da muy buena espina y me duele porque quisiera estar con ella, y no se puede...de hecho el traslado se hará hasta más tarde, aun a esta hora no sabemos si ya se hizo y ella está practicamente sola e inconsciente..me duele tanto....

viernes, 10 de agosto de 2007

No se puede vivir así!!!!

Han pasado tres días desde que mi abuela ingresó en el Hospital Oncológico del Seguro Social, la primera impresión que tuve de ese sitio ha cambiado muchísimo. El día, más bien la noche, que ella ingresó había tan solo una paciente en la habitación que pasó a ocupar. Y es que recién volvíamos de la vacación agostina y los pacientes se habían ido a sus casas, pero un día después, había siete pacientes más, en total nueve, sólo en esa habitación y el aire que ahi se respiraba me comenzó a saber distinto. Ya las enfermeras no me parecen tan humanas, tampoco el sitio tan limpio. Se ve que se preocupan porque siga estando limpio, y algunas jovenes enfermeras siguen tratando de sonreir y atender con cariño a los enfermitos pero OH Dios!!! es tan difícil, ahi todo el mundo está sufriendo, nadie vive, todos simplemente sobreviven. Adentro, en la habitación que está mi abuela, la joven a su lado se la pasó hoy vomitando tanto que lloraba de dolor y de pena, y también lloraban sus hermanas, me imaginé lo duro que debía ser todo eso. Al fondo la nia Candy, ahora vocera de lo que le pasa a mi abuelita, tenía el rostro desencajado, lucía angustiada mirando a su vecina, hace dos días recibió su primera quimio, y ayer me había explicado que sentía temor de los famosos efectos, hoy al ver a su vecina tan mal, observar como la vida se le iba en ese contínuo vómito debe haber sentido mucha más angustia. Frente a ellas murió una señora que sólo vi por dos días pero que se veía que también estaba sufriendo mucho, la sacaron en una bolsa negra y eso me provocó terror!!!. Mi abuela ha comenzado ya con los efectos de la quimioterapia, hoy lucia débil, parecía ida, desorientada, se puso agresiva y la glucosa le subió a más de 500, yo no la ví bien y estoy muy preocupada.

Afuera en las bancas donde está la visita, los parientes que llegan a ver a sus mamás, papás, hijos o hermanos, lucen quizá tan tristes que a uno lo invade el silencio. Es como si nadie tuviera nada que decir, casi nunca ves sonrisas, al contrario, siempre hay gente abrazándose y llorando, hasta los hombres tienen los ojos hechos agua. Hay un silencio que mata, sólo lo rompe Ricardo el vigilante, cuando permite que vayan pasando de dos en dos a las habitaciones a ver a sus seres queridos. Me duele tanto visitar el oncológico, entrar a esas habitaciones limpias pero frías y cargadas de tanto dolor. Todo es tan duro. Hoy es un día muy triste!!!!

17 días en el ¿Seguro? Social

No sé bien cómo comenzar a escribir estas líneas, debo decir que ha sido un verdadero descuido de mi parte no documentar todo lo que ha pasado estos últimos 17 días que tuvimos acceso al sistema nacional de salud, a través del Instituto Salvadoreño del ¿Seguro? Social.

Es triste darse cuenta que si uno es pobre, pero proletario, es decir cotiza al seguro, irá a parar a uno de estos hospitales. No todo ha sido negativo, tengo que aclararlo antes que nada, porque en medio de toda la impotencia, el dolor y la desgracia que hay en estos hospitales, encontramos ángeles que nos ayudaron en estos días de tanta angustia. Maribel, Loli, Gloribel, Pedrito, Leo, María Luisa de Campos, por decir algunos nombres.

Mi abuela ingresó el día 23 de julio al Hospital General del Seguro Social, uno de sus hijos, había conseguido que el doctor Villalta Duque, jefe de la UCI nos ayudara a ingresarla rápidamente, es decir sin tener que esperar por horas que un médico nos prestara atención.

Pese al “conecte” nos llevó más de tres horas que por fin le dieran una cama –en máxima urgencia- y la examinaran.

La Unidad de Máxima Urgencia fue nuestro primer choque al llegar a ese hospital, no había médicos corriendo de un lado a otro como uno está acostumbrado a ver en las películas o en la serie de televisión ER, al contrario, eran unos cuantos médicos que hablaban a pausas y unas enfermeras tan serias que daba miedo hablarles.

Ahí pude ver a una mujer a quien le extraían agua de los pulmones, como si fuese un procedimiento de rutina, bajo las rotas sábanas había otra paciente- creo que era mujer- que sangraba, sin que nadie le prestara atención y en el cuarto contiguo, cubierto apenas por la mitad de una sucia cortina a un hombre lo estaban limpiando- o quizá operando- del pene.

Afuera habían afligidos familiares- igual que mi enorme familia- a los que nadie les prestaba atención.

El ingreso de mi abuela fue algo realmente novelesco, mi prima y yo nos fuimos en una ambulancia de esas de servicio pagado- que por cierto no recomiendo- creo que se llamaba Emergency Priority o algo asi, que dio más vueltas que un trompo para llegar al hospital, y cuyos pasajeros, un médico y alguien que hacía las veces de paramédico aunque creo que no tenia ni el más mínimo entrenamiento, se mostraron fríos y ajenos a su grave paciente. Tanto así que a mi abuela le dio nauseas y el médico estaba más preocupado que el supuesto “paramédico” se colocara guantes para atenderla a que ella misma recibiera asistencia, él ni siquiera se movió. Ningún momento la chequió ni atendió. Que coraje!!!

Una vez en el ISSS pasaron a mi abuela a una camilla y listo, nos vamos. Creo que mi tía le pagó más de 50 dólares al supuesto médico . Se fueron y mi abuela se quedó con un pedazo de sábana, ahí en el seguro nos pedían una sábana para ella que por supuesto no teníamos, ella tenía frío y náuseas y nosotros una profunda impotencia y una terrible angustia. Eran casi las ocho de la noche.

Ahí aparecieron Loly y Maribel, las ángeles de esa y otras noches, nos mujeres amigas de una amiga de mi amiga, ósea desconocidas para mí que persiguieron y persiguieron a un engreído doctor de Emergencias para que le prestara atención a mi abuela, mientras el “conecte” aparecía.

Más tarde, ellas lograrían conseguirle una colchita a mi abuelita y pasarían a verla para llamarme a media noche y contarme cómo se encontraba.
Casi a las nueve de la noche apareció el famoso “conecte” y finalmente mi abuela ingresó.- Hubo que esperar hasta la media noche, para conocer el primer sitio donde sería ingresada, la cama 43 del cuarto nivel, Maribel por supuesto sería quien nos daría ese dato.

La habitación era por demás horrible. El piso mugriento y pegajoso, la perrilla de la cama- para subirle el respaldo- no servía, las sábanas estaban rotas y las enfermeras de ese piso no prestaban ni la más mínima atención.

Yo fui la primera que la vi al día siguiente, estaba desnuda y tenía diarrea, pedí a la enfermera algo para cambiarla y me preguntó si había traído papel higiénico. Increíble no tenían ni papel para limpiarla.

Por fortuna mis tías y mi madre trajeron lo necesario para limpiarla y mi tío consiguió sacarla de ahí para llevarla a la UCIN donde permaneció una semana.

Ahí las cosas no eran del todo distintas, el doctor Mendoza que trabaja en la clínica empresarial de acá de la empresa, sugirió que ojalá saliera de ahí pronto, por el riesgo de infecciones que había ahí en intermedios.-

Cómo no haberlas, si las batas que cada persona se colocaba antes de entrar a ver a sus pacientes estaban tan sucias, curtidas y rotas que daba asco ponérselas. Además, adentro, aunque era un poco más limpio, había una mezcla de olores que por momentos daban náusea. Como sea ahí mi abuela logró recuperarse rápidamente, su hemoglobina subió de seis a nueve – lo ideal es 14- y recuperó sus niveles de potasio, sodio, etc.

A la semana estaba lista para salir de ese sitio, fue ahí donde le colocaron un catéter en la vena central para introducirle suero y todos los medicamentos y fue ahí también donde el famoso doctor Duque junto a un parco doctor Orellana le realizaran las famosas biopsias que permitieron confirmar- con dolor e impotencia- que efectivamente mi abuela estaba muy grave de cáncer.-

Salió el día 30, y pasó al séptimo nivel, la cama 57 creo, donde dicen que no era limpio ni aseado, pero duró ahí apenas medio día, luego fue trasladada siempre en ese nivel a la cama 37, donde pasó siete noches y ocho días.

En ese nivel pudimos descubrir más de cerca todas las carencias y problemas que tiene el ISSS, bueno, no todo, pero al menos algo salió a la luz.

Mi abuela fue colocada en la segunda cama del lado derecho, había en total tres a cada lado. Recuerdo bien a cada uno de los pacientes ahí internados. Al entrar al lado derecho en la cama 38, estaba Anita, una mujer morena que siempre respondía con amor pero que sufría mucho, víctima de una esclerosis múltiple y mamá de dos niñas, tenía paralizado el 80% de su cuerpo, además estaba ciega y no podía más que mover sus manos y su cabeza.

Frente a ella estuvo una señora que sólo vi una vez. A los dos días llegó Abelina, ocupó la cama 33, era una mujer regordeta de cabello blanco, que había sufrido dos embolias. Debía tener unos 60 o 70 años, pero en sus momentos de desesperación, cuando lloraba a mares, siempre llamaba a su mamá desconsolada, parecía una niña chiquita.

La mayoría de enfermeras la oían llorar con la más absoluta indiferencia, un día presencié como una la obligó a comer introduciéndole una gruesa jeringa en la boca, “maldita” le dijo Abelina, porque la dejó toda manchada de un líquido que parecía leche. La enfermera creyó que yo no la había visto, me pregunto que hubiera pensado la hija de Abelina si hubiese estado ahí ese día. Fue terrible, claro yo me hice la que no vi, porque según me recomendaron, si uno protesta, luego se desquitan con el paciente de uno.
Luego, estaba mi abuelita y junto a ella, en la cama 36, Marthita, una persona que parecía francamente un esqueleto,. Su historia era un caso grave de mala praxis, o al menos así lo parecía.

Ingresó según contaría su esposo, por un apendicitis, pero luego, quizá la anestesia, quizá el respirador. Nadie sabe con certeza, la hizo quedarse aislada en un cuarto, estuvo inconsciente por un mes y cuando salió era un vegetal.

Casi siempre estaba encorvada, en posición fetal, su piel estaba pegada a sus huesos, y lo que me mataba era la permanente angustia que se dibujaba en sus ojos. Tenía una traqueotomía, y cuando se alteraba emitía un sonido tan extraño y agudo que producía miedo.

Frente a ella, en la cama 35, estaba Silvita, una joven que no debía tener más de 40 años, nunca supe bien que tenía, pero padecía de movimientos involuntarios, estaba en extremo delgada y cuando se movía demasiado parecía que estaba convulsionando.

Era sin duda una mujer buena, porque a la hora de visita, había hasta una docena de personas junto a ella, todos sonreían pero tenían una mirada triste, creo que ella estaba realmente grave.

Yo vi a sus dos hijas, ambas adolescentes llorando en la salita de afuera. El esposo, era un hombre alto, fornido y con una peculiar limpieza en su rostro, creo que era limpio de adentro, ósea con un alma bonita, siempre le leía devocionales, le hablaba de la fecha en la que estábamos y se comía su comida haciéndole bromas, como si nada pasara.

Cuando la llevaba al baño se veía mucho más enorme, creo que porque ella –quizá por su enfermedad- además de flaca, se había empequeñecido-.

A su lado, en la cama 34, estaba la niña María de los Ángeles, niña Santos dijo ella, que me recordaba a mi bisabuela, tenía el cabello blanco como algodón, eran rizos enredados que en más de una ocasión traté de peinar sin éxito. Los primeros días sonreía mucho, pero los últimos tres días que estuve ahí la vi perder su alegría, creo que se estaba quedando ciega porque me pedía que le encendiera la luz, sus ojos perdieron el brillo, ya no sonreía y a veces cuando yo le conversaba parecía perdida.

Los últimos días llamaba constantemente a Iveth, luego supe que era su nieta. Una muchachita morena, seria y desganada que llegó a verla un par de veces y le dio de comer sin un atisbo de ternura, me dio una profunda tristeza, porque frente a ella, mi abuela estaba tan rodeada de amor que a algunos de mis parientes hasta les incomodaba. A mi abuela nunca le faltaron besos, ni abrazos, ni comidita caliente cuando logramos que autorizaran. Nunca le faltaron sus polvos maja, ni su cremita en los pies. La niña Santos en cambio, siempre estaba sola, tenía frío todo el tiempo y sin embargo a menudo se desnudaba desorientada.

Yo la besé algunas veces, igual que a Anita, a quien terminé regalándole el ventilador de mi abuela, desatando el enojo de más de alguno de mis parientes. Por cierto, fue un acto de humanidad, que hoy voy a resolver comprándole uno nuevo a mi abuela para evitar mas problemas.

En ese séptimo piso, las cosas no son nada sencillas, las enfermeras van y vienen y el trabajo es duro, los pacientes- al menos de ese cuarto – están francamente graves- vomitan, se hacen pupú a cada rato, hay que tomarles el azúcar, la presión, darles medicamentos y cambiarlos.

Debo decir que es una labor dura y que yo nunca podría convertirme en una enfermera, es demasiado sacrificado y doloroso. Sin embargo, no todas las que ya lo son tienen la vocación para serlo.

En el ISSS conocí por ejemplo a gente que merece un lugar en el cielo, como Pedrito un enfermero que se formó en plena guerra, que estudió hasta el noveno grado y luego hizo el bachillerato nocturno. Él me contó que la Guardia Nacional lo reclutó, y de cómo rehusó matar gente en sus primeras misiones.

Cuando le ordenaron que asesinara civiles y dijo NO! , la conclusión de sus superiores fue que no servía para militar pero sí como enfermero. Allá lo mandaron, aprendió en plena guerra, eligió curar y servir en lugar de asesinar.

Y lo hace con verdadero amor. Todos los pacientes lo conocen y lo esperan y uno no puede más que cerrar los ojos y pedirle a Dios que le bendiga toda su vida.

Fue él quien sentó por primera vez a mi abuela en una silla de ruedas, algo que para ella significó el paraíso, fue él quien le colocó un colchón de aire para evitar escaras, él quien nos enseñó a sentarla, él, quien llegó y le preguntó ¿cómo está? No por la rutina del trabajo sino con genuina preocupación, y no sólo a ella, se sabía los nombres de todos los pacientes y los atendía con peculiar cariño.

Él, es el único que puedo recordar como un enfermero con un lado humano, el resto, cumplían sus tareas, sé decir que algunas enfermeras fueron amables y le hacían bromas a mi abuela, llamándola por su nombre, pero la mayoría se limitaba a atender a los pacientes evitando un contacto más allá.

Se supone que este hospital es de lo mejorcito que hay, pero falta de todo, en la UCIN nunca hubo jabón para aplicarse antes de entrar a ver a los pacientes, las batas como dije daban asco, en medicina interna jamás hubo papel higiénico, nunca estuvo verdaderamente limpio, las batas de los pacientes estaban tan curtidas que hubiera sido mejor botarlas.

Las sábanas rotas, las mesas de noche oxidadas, las camas descompuestas, las sillas de ruedas igual y la comida, pues no sé si por orden médica o lo que sea, pero sólo bastaba verla para perder el apetito.

La noche del traslado desde el Hospital General hasta el Oncológico, fue otra aventura, el ingreso estaba listo desde las dos de la tarde pero se efectuó hasta las nueve de la noche, primero no había cama, luego faltaba ambulancia y al final no había camillero.

Mis dos tíos tuvieron que servir de camilleros porque nunca hubo alguien disponible, incluso yo, ayudé a trasladarla de la cama a la camilla, imagínese que algo hubiera pasado, que lío, porque se supone que gente entrenada debe hacerlo.

En el Hospital de Oncología, las cosas pintan de otra manera. Al salir del ascensor, nos encontramos a la señora María Luisa de Campos, la jefa de turno de enfermería. Ella se ganó el cielo, cuando angustiados llevamos a mi abuela hasta ahí ella nos recibió y nos sonrió como si fuese la recepcionista de un hotel, no dijo “Bienvenidos”, porque no era prudente, pero así nos sentimos. Nunca perdió la sonrisa y nos siguió hasta que mi abuela quedó perfectamente instalada, ordenó que cambiaran las sábanas, no había ninguna rota y todas estaban limpias.

Ella nos dijo que todo iba a salir bien, con una paz y una seguridad que nos fuimos a casa tranquilos. Fue ella quien nos consiguió un permiso para que le lleváramos desayuno al día siguiente y nos explicó todo sin perder su sonrisa.

Al día siguiente por la tarde, la trabajadora social también se portó de maravilla, nos permitió colar un ventilador para mi abuela sin tener que pasar por los burocráticos trámites que llevarían días, todo porque se usa “electricidad” del hospital.

Ricardo, el vigilante, tan estricto como un militar, siempre chequea que sólo entren dos personas, hoy casi me quita el permiso, sin embargo también es amable y creo de verdad, que solo hace su trabajo.

Ese hospital está pulcro, las enfermeras son amables, no todas sonríen pero si escuchan al paciente, responden sus dudas y tratan de resolverle sus problemas.

Por ejemplo hoy encontré sentada a mi abuela en una silla de ruedas, ella me contó que dos o tres enfermeras le habían ayudado, estaba tan feliz como cuando la sentaba Pedrito.

No sé si las han entrenado para tratar a los pacientes de forma distinta, pero la mayoría trabajan como si se tratase de familiares de ellos. Lo poco que he visto, me deja un dulce sabor de boca.

Por ejemplo la nutricionista, una mujer menuda y sumamente amable, pasa cama por cama, junto a las empleadas de cocina, vigilando lo que van a comer los pacientes y les platica llamándolos por su nombre.

Dele guineo a su abuelita, por el potasio, me dijo, mientras me entregaba uno. Mi abuela la llamó pidiéndole que le autorizara a sentarse y ella la escuchó amablemente, al final atendió su petición llamando a otras enfermeras para que le ayudaran.

Dicen que en el cuarto nivel, todos los empleados son buenos, porque ahí aplican quimioterapia, no sé si sea sólo en ese piso, o en todos los pisos, no sé si en todo el hospital se respira ese mismo aire, lo cierto es que ahí creo yo que han entendido que los pacientes están pasando por momentos durísimos con su enfermedad y tratándolos así aminoran un poco tanto dolor.